Así es.

El que se pica ajos come. Yo hago lo que quiero hacer, y por suerte para vosotros y desgracia mía, no tanto como me gustaría. Se acabó, yo voy a vivir por mí, no por el resto. El resto no da nada por mí, así que si malgastar mi tiempo con personas que tan solo son infelices no sirve de nada, prefiero ser yo feliz.
Ayer una persona muy sabia me dijo que es una pena que no todo el mundo me aproveche todo lo que podría; suena egocéntricamente mal, pero es cierto.
A veces a todos nos gustaría poder hacer lo que queremos. No tiene sentido lo que yo hago, sé que puedo conseguir lo que quiera, siempre lo he hecho, ¿por qué ya no lo hago? A veces simplemente damos para no recibir nada a cambio, es inútil. Esperar a recibir algo solo nos lleva a la desesperación, eso está claro. Y no, a partir de hoy no pienso ponerle buena cara a nadie si no me sale de dentro, no pienso ser amable con quien no lo merece. Y me suda la polla que luego gente de nuestro alrededor me pregunte ¿eh, qué te pasa? ¿por qué no le hablas a Fulana? ¿estás bien con Mengana? ... ¿Qué me pasa? Que yo no soy un mono de feria, a mí nadie me va a marear, y que si alguien tiene un problema conmigo, me lo puede decir a la cara. Yo, ahora mismo, no tengo ningún problema con nadie, simplemente somos como somos, y si las personas no son compatibles, no tengo nada que hacer con eso. Yo no voy a dar, por nadie. Si para que algo funcione alguien tiene que ceder, no voy a ser yo. Creo que es posible entenderlo: si todos nos comportamos como queremos, si todos hacemos lo que queremos, en todo momento, todos viviríamos solos. La vida se basa en el equilibrio, más bien en el intento de lograrlo. No es equilibrio el dar ni el recibir, una simbiosis es equilibrio, y yo ya no soy un ser simbionte, tan solo gilipollas.
Ni tengo abundantes amigos, ni quiero la compañía de quien no merece la mía. Yo no voy a aguantar a quien no soporte, y no pienso hacer nada que yo no quiera hacer.
O ganamos todos o perdemos todos, así es la vida amigos míos.