Solía ponerme nerviosa cuando sabía que iba a verle. Contaba las horas que quedaban para abrazarle. Conforme se acercaba el momento del encuentro, empezaba a inquietarme, temía que me llamase para cancelarlo o que no se presentara. Ojalá no me importara tanto, pero me alegraba tener a alguien que me hiciese sentir así.
No hay comentarios:
Publicar un comentario